Se repetía la cita, se repetía el lugar. Y también el destino. Pero esta vez había algo distinto: Alexia Putellas estaba de vuelta tras perderse prácticamente entera la Champions anterior y jugar, tan solo, nueve minutos en la final. Quería volver a reinar tras la lesión de ligamentos de la rodilla izquierda. Y lo conseguía abriendo el marcador del partido con un doblete contra el Benfica en el primer encuentro para las culés en el campeonato europeo. Aunque se retiraba, con molestias en esa misma rodilla izquierda y por precaución, en la segunda parte. El año pasado, un 9-0 a favor del FC Barcelona contra el Benfica convertía el partido en la mayor goleada del club culé en Europa. Esta vez un 5-0 sirvió para firmar el buen estreno del equipo azulgrana. Aunque el inicio del partido se atragantaba para el once de gala de Jonatan Giráldez.
El equipo portugués se ha reforzado en el último año, y las jugadoras del Barcelona lo sufrieron. El Benfica, imbatible en su liga, más maduro y consolidado, asfixiaba a las vigentes campeonas de Europa en la primera parte. Pero el Barça sacaba pecho y martilleaba la portería de su rival hasta plantar una manita final. Y demostrar, bien arropadas en casa, que lo de las goleadas no se ha terminado todavía, por mucho que las rivales se refuercen y progresen.
El estadio Johan Cruyff no estaba lleno. Pero rezumaba olor y ganas de Champions. La lona estrellada en mitad del campo se retiraba para dejar paso al estreno del equipo en su competición fetiche. El Benfica, a pesar de la apabullante derrota del año pasado en el mismo césped, no se achicaba en campo rival. Sin fantasmas del 9-0, salían ambiciosas, arriesgadas, con ritmo y agallas en las contras tras robar balones, y con una presión asfixiante para el Barcelona. El equipo portugués pilló a las culés despistadas, sin entender qué sucedía ni cómo solucionarlo. Necesitaban pases rápidos, posesión y encontrarse entre ellas. Estaban incómodas, pero era cuestión de tiempo. La sangre fría y los regates de Cata Coll aguantaban los palos de la portería. Mapi León y Marta Torrejón solucionaban las carencias en defensa, esta vez sin Irene Paredes, baja de última hora por amigdalitis. Y Graham Hansen, fundamental, brillaba y regateaba cerca del área. Su vuelta de la lesión daba aire y amplitud al equipo. Chutaba y lo intentaba todo cerca de la portería de Lena Pauels. Sus asistencias salieron al rescate del equipo.
Y, cuando el Barcelona más lo necesitaba, llegaba también la capitana. Alexia aprovechaba el rechace del golpe de la noruega y, de cabeza, metía el gol que la convertía en la máxima goleadora del Barça en Champions. Besaba el escudo, y se olvidaba de los rumores sobre su futuro. Pero no todo iba bien. En un momento de pausa, la capitana se aquejaba de la rodilla, y se sentaba, temporalmente, en el banquillo. Al regresar, el estadio respiraba tranquilo.
Tras el gol de Alexia, oxígeno. El frenetismo de las portuguesas no podía durar mucho: se atascaban y empezaba el dominio de las culés. Esmee Brugts metía el segundo en el minuto 38, con un último toque de Putellas que reconfirmaba el tanto.
El Barça había despertado. Y mandaba la pelota a la banda derecha para que Hansen hiciese su magia. Nada podía frenarlas. Y la sentencia se firmaba un minuto antes de la media parte: Mariona Caldentey filtraba un pase horizontal hasta Hansen, que centraba, y Aitana recortaba, definía y recordaba que es la última vencedora del Balón de Oro.
El desfile continuó en la segunda parte. Con otra asistencia de la extremo noruega, Aitana marcaba el doblete en el minuto 52. Aunque Alexia, por precaución, se resguardaba en el banquillo y la sustituía Patri Guijarro, que regresaba tras su lesión muscular. Mientras el Benfica, seguía mareado y cansado, no podía hacer nada con las entradas de Salma Paralluelo y Asisat Oshoala, que regalaba una chilena y metía el quinto a media hora del final. Y Claudia Pina se volvía centenaria con el Barça al entrar por Keira Walsh, y Hansen descansaba tras su hat trick de asistencias para dar minutos a Vicky López. El ritmo bajaba, las jugadoras del Benfica suspiraban y jadeaban. El Barça de Jonatan Giráldez celebraba la victoria, y los 100 partidos del entrenador con el club.
Como un déjà vú, el Barcelona firmaba una goleada en su primer partido de Champions. Por delante, un largo camino aún. Pero una victoria más cerca de volver a levantar la copa, por tercera vez. De momento, en el horizonte está Montjuïc, donde jugarán el primer clásico de la temporada, este domingo, contra el Madrid. En la Liga siguen imbatibles sin, aparentemente, rival. Y en Champions reescriben el primer capítulo de la temporada pasada. Con distinta tinta, pero con la misma magia.
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