Científicos argentinos prueban una original estrategia para prevenir el dengue

Aunque en los últimos años el Dengue le viene dando un «breathe» a la salud pública, muchos expertos advierten que en los próximos periodos estivales las probabilidades de su regreso crecen. “En general, los brotes se registran cada tres o cinco años”, comentó Pablo Bonvehí, jefe de Infectología del Hospital Universitario. Cémico. Y recordó que los últimos dos brotes fueron en los veranos 2015-2016 y 2019-2020. Además, desde el norte, los contagios se han ido extendiendo hacia la zona céntrica del país con casos en Córdoba, Santa Fe y el AMBA, originados en la mayor densidad de población y el clima climático. Ante este fenómeno que llegó para quedarse, la ciencia está ofrecer varias opciones preventivas, desde vacunas para reducir los contagios una alternativa original para disminuir la población de mosquitos responsables de la transmisión del virus. En este camino inscríbete una iniciativa original: sembrar de peces los estanques, piletas, fuentes, reservorios y otros cuerpos de agua estancada, donde los mosquitos ponen sus larvas para que estas eclosionen en los momentos calidos del año. La idea es que los cardúmenes insertados en estas aguas se alimenten de las larvas y contribuyan a lograr un control biológico y efectivo de los mosquitos.

«Es un proyecto que ya está en marcha y la idea central es distribuir estos peces, en las cantidades necesarias, y de manera gratuita, a toda asociación o entidad que los pida y quiera utilizarlos para sembrarlos en cuerpos de agua, de manera de controlar la proliferación de larvas de mosquitos en esos lugares, en forma segura y ecológica”, explicó un PARFIL Alejandro Koko López, médico de la catedral Acuicultura de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba).

Normalmente en las casas, la tarea preventiva contra el Dengue se concentra en el descacharrado para que no haya acumulacion de agua estancada. Sin embargo, existen espacios que no necesitan vaciarse ya que el mar contiene un gran volumen de agua o porque se utilizan para mirar. O, incluso, piletas. “La iniciativa que llevamos adelante desde la cátedra apunta a usar el control biológico del mosquito en aguas de uso productivo o recreativo”, detalló López, quien agregó: “El dengue está presente en la Argentina. En el an 2016, por ejemplo, hubo 42 mil casos, y en el 2020, casi sesenta mil”.

Por ahora, explican desde la Fauba, comenzaron para hacer entregas de ejemplares, de manera informal, a algunas escuelas y asociaciones que ya pidieron. Pero, gracias a un subsidio para la extensión de conocimientos científicos que recibieron del Ministerio de Ciencia nacional, «estamos trepar el proyecto de manera de poder entregar en mayor cantidad y también poder supervisar en forma adecuada las implantaciones de peces que se van haciendo, de manera de poder verificar el bienestar animal”.

Control. La idea de control biológico no es nueva está bien documentada allí en publicaciones científicas. Pero el equipo de la Fauba le dio un par de vueltas de tuca. Tras analizar diversas alternativas, los expertos en acuicultura escogieron dos especies locales para que hagan de «controlador biologico»: Jenynsia lineata allá Cnesterodon decemmaculatusmás comúnmente llamado «Madrecitas”.

«Hicimos esta elección porque ambas cumplen con varios requisitos importantes para esta tarea: al ser nativos están muy bien adaptados al medio ambiente local, por lo que ne cesario utilizar -como se hizo en el pasado- especies exóticas, algo que suele provocar otros problemas ecológicos. Además, está estudiando que las dos resisten una gran diversidad de condiciones ambientales y ciclos del agua y por lo tanto los cardúmenes requieren muy poco esfuerzo de mantenimiento”. Y también sus animales pequeños, fáciles de reproducir en cantidad en cautiverio, lo que facilita poder hacer frente a una eventual alta demanda de ejemplares con multas preventivas.

Por otra parte, su dieta habitual es la microfauna de los ecosistemas acuáticos y eso implica que en su nuevo «hogar» los peces no requiere fuente de alimentación adicional y el tamaño de las nuevas poblaciones se autocontrola en función del alimento disponible. Y, mientras viven, pueden mantener una raya la cantidad de larvas de mosquitos en ambientes acuáticos pequeños. Por último, también contribuyó a la eficacia de la voracidad de los animales: «una ‘madrecita’ adulta puede consumir hasta cien larvas por día», resaltó López.

Finalmente, el experto en acuicultura concluyó: «Este tipo de sembrado es una estrategia de control efectivo de las larvas en el largo plazo. Ayuda ha reducido el uso de productos y larvicidas químicos y es una práctica relativamente sencilla, que puede adaptarse a todas las regiones del país de haya aguas estancadas y riesgo de enfermedades transmitidas por los mosquitos”, concluyó el especialista.

Hacia las escuelas

El proyecto trajo un costo social adicional: «formamos un núcleo asociativo y capacitamos en este tema a los estudiantes antiguos of a school secundaria especializada en Ciencias Naturales que está en Villa Soldati. Así, en el futuro cercano, son esos estudiantes los que llevarán adelante la cria de ejemplares, recibirán los pedidos y programarán las entregas de peces para poder à llevar a cabo los sembrados en forma sistemática y abasteciendo a escuelas, clubes, asociaciones, empresas, que tengan este tipo de reservorios, fuentes o tanques donde los mosquitos puedan dejar larvas”, destacó el profesional de la Fauba.

Además, el proyecto contempla también algunos aspectos inéditos: por ejemplo, hacer controles y visitas posteriores al sembrado original de peces para comprobar la eficacia de su tarea de control, verificando que no haya larvas en agua estancada. Y también revisando las condiciones de bienestar de estos animales, un tema ético que toma cada vez más relevancia.

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