En solo 52 días, el entrenador Jorge Vilda ha pasado de hacer el paseíllo el 20 de agosto para recoger la medalla de ganador del Mundial de Fútbol Femenino a, este martes, hacer el paseíllo para entrar en la Audiencia Nacional a declarar como imputado en el caso Rubiales. El técnico, desaparecido desde que ofreciera una entrevista tras su destitución como seleccionador, ha llegado a las 10.45 al edificio, 15 minutos antes de la hora fijada por el magistrado Francisco De Jorge para interrogarlo por el beso y las supuestas presiones a la deportista Jennifer Hermoso. Tranquilo, e incluso sonriente en algún momento, Vilda ha guardado silencio ante la prensa al entrar en el tribunal; y después, según fuentes jurídicas, ha negado las presiones a la jugadora ante el instructor, aunque ha admitido que habló con el hermano de Hermoso tras estallar el escándalo.
Vilda ha llegado a este interrogatorio como imputado. El juez decidió llamarle finalmente como investigado tras ahondar en las presuntas maniobras urdidas en el seno de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para apaciguar la polémica por el beso que el presidente del ente, Luis Rubiales, dio a Hermoso durante la celebración del Mundial. El nombre del seleccionador ha estado sobre la mesa desde el principio. La Fiscalía preguntó por él a Rubiales. Y el hermano de la delantera, Rafael Hermoso, se refirió al entrenador durante su declaración como testigo. Sus palabras, que ratificaban el relato de la querella, resultaron clave.
En su declaración ante la Fiscalía, la jugadora había señalado a Vilda por las presiones a su entorno, ejecutadas presuntamente por los subordinados de Rubiales. Así describió la futbolista una de las escenas bajo sospecha, que se produjo en el avión que traía a la selección a España tras ganar el Mundial: “Me dicen que [Vilda] lleva dando dos vueltas al avión para seguramente hablar con mi familia. Y [fue] a la tercera, porque mi hermano estaba dormido. Dicen que pasó una vez, pasó otra, hasta que ya le vio despierto y se puso a hablar con mi hermano. Ya me dijo ahí mi compañera Misa [Rodríguez] que estaba hablando Jorge con mi familia”, aseguró a la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, según el testimonio desvelado por Mediaset.
“A mi hermano le dejaron caer que si yo le ayudaba, me iría bien”, apostilló la jugadora del Pachuca mexicano: “Le decían a mi familia que yo había sido muy importante, que me lo merecía y que me intentaran convencer para que ayudase a que se restara importancia al acto. ¿Si se utilizó a mi familia para convencerme? Claro. Ahí había cien o 200 familiares, no sé por qué justamente se paró con la mía”, destacó Hermoso durante su declaración ante el ministerio público, que se produjo el 5 de septiembre.
En su declaración en la Audiencia Nacional, Luis Rubiales negó las coacciones a la jugadora, aunque admitió que él mismo y Vilda intentaron convencer a Hermoso para que respaldara en público la actuación del entonces presidente de la RFEF. “Yo no sabía ni que el hermano venía en el avión. Vilda, que se sentaba detrás de mí, me dijo que venía de hablar con el hermano, que era un tío razonable, y que iba a hablar con ella a ver si tal… Bueno, con el follón queríamos cortarlo y no crear un problema [por] algo que era una anécdota”, aseveró el exdirectivo.
Tras interrogar a Vilda, el juez ha hecho lo mismo con Rubén Rivera, responsable de marketing de la Federación. De Jorge había otorgado inicialmente a Rivera la condición de testigo, pero decidió finalmente imputarlo tras la declaraciones del hermano y una amiga de Hermoso. A este alto cargo de la RFEF se le sitúa en un viaje a Ibiza, donde las futbolistas celebraron el título después de ganar en Sídney, para supuestamente presionar a la deportista. A esta maniobra se sumó presuntamente Albert Luque, director de la selección (masculina), que se encuentra imputado y que declarará el próximo 16 de octubre, según el calendario fijado por el magistrado instructor.
Fuentes jurídicas han confirmado que la defensa de Rivera entregó el pasado viernes mensajes que se cruzó el jefe de marketing con varias jugadoras.
Con la cita de este martes, el juez De Jorge ha continuado con la ronda de interrogatorios que había iniciado tras la declaración de Luis Rubiales el pasado 15 de septiembre, cuando negó los dos delitos que se le atribuyen: agresión sexual, por el beso no consentido; y coacciones, por las supuestas presiones a la jugadora y a su entorno para que ratificase en público la versión del directivo tras estallar el escándalo. En esta fase, entre otros hitos, tres compañeras de selección de Hermoso (Alexia Putellas, Irene Paredes y Misa Rodrígue) respaldaron la versión de la delantera del Pachuca el pasado 2 de octubre.
Tras el interrogatorio a Luque el 16 de octubre, el magistrado prevé seguir en noviembre con las declaraciones como testigos de Luis de la Fuente, entrenador de la selección masculina de fútbol; el destituido director de comunicación de la RFEF, Pablo García-Cuervo, y su segundo, Enrique Yunta; el psicólogo de la selección femenina, Javier López Vallejo; el que fuera director de gabinete de Rubiales, José María Timón; y el responsable de compliance [buenas prácticas] de la federación, Javier Pujol.
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