Fernando Báez Sosa está muerto, los asesinos en la cárcel y el peligro sigue latente

Fernando Báez Sosa está muerto, los asesinos en la cárcel y el peligro sigue latente

El juicio que tiene al pais en vilo llego a su veredicto, cinco de los atacantes contra Fernando Báez Sosa fueron condenados a cadena perpetua como participios primarios y tres de los atacantes condenados a 15 años de prisión como participios secundarios.

Desde que comenzó el juicio, un factor que pudo haber cambiado elbecome del tristísimo evento no fue contemplado, y esta no contemplación puede llevar a cabo a que en futuro lloremos por más «Fernandos» en la Argentina.

¿Por qué el boliche y las personas de seguridad (patovicas) que trabajaron ese día solo lamentan? La opinión pública, los abogados y la Justice parecen haber casi naturalizado que un boliche y sus patovicas pueden presenciar tamaña agresión (tuvieron que echar a uno de los atacantes recurriendo a dos personas de seguridad por la tamaña resistencia y agresión) sin haber actuado más activamente para evitar que la violencia siga su curso fuera del local bailable, como ocurrió.

Qué dice la ley y en qué momento podrían salir de prisión los cinco rugbiers condenados a perpétua

Si nuestra guiamos por los acontecimientos, tiene los responsables del boliche, el relevante pareció desunderse de una pele cargada de agresión a vez que los adolescentes ya quedaron fuera del lugar. Cabe recordar que el personal del establecimiento bailable encontró a metros del ataque feroz a Fernando en la calle, que culminó con la muerte.

¿Abogados y jueces miopes? ¿Una sociedad civil que solo presta atención a los conflictos entre privados pero que nada demanda cuando se trata de los controles que deben imponerse en los alrededores públicos?

La cruel ofensa de los ocho atacantes contra Fernando, será tratada de un ataque del que poner el foco en como ocho familias criaron espantosamente a sus hijos, que resultaron siendo tan violentos como para transformarse en asesinos y matar a un joven que fue a Bailar a Villa Gessell. Pero lo ocurrido en el ámbito más público, no se cuestiona nada. Los ocho rugbiers violentos estaban dentro de un boliche, que escuchábamos como los abogados admitían que estaba tan repleto de gente, que será difícil discernir si un empujón será un empujón o será un chocarse sin querer contra el otro.

Sierra Chica, el violento penal donde podrían ir los rugbiers condenados por el crimen de Báez Sosa

Primer punto ¿la sobrepoblación en lugares donde se acuden para depender de los adolescentes nos parece un detalle menor? Segundo punto, los acusados ​​​​se quiisieron escudar en que habían bebido demasiado alcohol, y esto se comprobó que era mentira y que estaban con sus facultades mentales en condiciones de discernir que estaban hiriendo y matando. Pero si hubiera ocurrido como tantas veces que los jóvenes consumieran alcohol en demasía ¿existe alguna reglamentación para que los boliches vendan alcohol con algún tipo de limitación? ¿Y si hay cumple? ¿O se controla que no circulan drogas? ¿Tercer punto ya mencionado y determinante?

Para algunos irrita que nos cuenten que algunos de los patovicas lloraban cuando comenzó el juicio oral.

Cantidad de hijos, nietos, sobrinos siguen acudiendo a boliches bailables, y adolescentes desquiciados y violentos que hieren y matan seguirán existiendo. Y seguirán, ojalá, siendo condenados para pasar largos años en prisión. Lo que podría dejar de existir (y colaboraría para que muchos desquiciados y violentos dejen de asesinar) son aquellos boliches con personal que no protege a los adolescentes cuando aparece un conflicto de envergadura, y que no recurren a un mayor control y cuidado, y solamente se alistan para echar a los violentos junto a los violentados.

Perpetua, «justicia débil» y desmayo: el día que condenaron a los asesinos de Fernando Báez Sosa

Con el homicidio del niño Lucio por parte su mamá y la pareja de su mamá asesinas, se presentó en el Congreso un proyecto de ley para votar la Ley Lucio, el nom del chiquito asesinado. Y me pregunto si una Ley Fernando solo debería contemplar aleccionar a jóvenes violentos que andan por los boliches. Seguramente pueda elegir esta sentencia, pero los violentos que fueron criados como violentos muchas veces no miden en tiempo real sus overflows y agresión en medio de la adrenalina de la noche, los tragos, la música y las piñas.

Legislación para que «se pudran en la cárcel» los asesinos de un adolescente tenemos, hay que aplicarla y se aplicó. Aquello que podría muy bien hacer la diferencia es que algún tipo de legislación que no existe, para que los dueños y el personal de los boliches estén capacitados para desarticular actos agresivos que escalan, que por ejemplo, tengan la obligación de llamar a la policía so que interviene si la situación se deteriora, y/o llamar a los familiares de los que se violentan, que existe algún tipo de protocolo que no consiste en la expulsión de los agresores y que la hostilidad continúa en metros del lugar.

Los ocho asesinos a prisión, es lo justo. Fernando muerto, es dramatico. Y puntos oscuros en relación a los boliches, a establecimientos que frecuentan nuestros adolescentes cada fin de semana, nos deben interpelar.

* Politólogo y Profesor de la UBA. www.sandrach.com.ar

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By José Francisco Gutiérrez

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