El ala dura de los republicanos amenaza con sumir en el caos a la Cámara de Representantes de EE UU | Internacional

El ala dura de los republicanos amenaza con sumir en el caos a la Cámara de Representantes de EE UU | Internacional

Estados Unidos evitó el sábado el cierre parcial de la Administración con una ley aprobada en el último momento por el Congreso. La solución no solo es temporal, una prórroga presupuestaria hasta el 17 de noviembre, sino que ha dejado heridas abiertas, especialmente entre los republicanos. La continuidad del presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, está en el aire. Parte de la veintena de miembros del ala dura de su partido no le perdona que se haya apoyado en los demócratas para evitar el cierre del Gobierno. Uno de los cabecillas, el congresista Matt Gaetz, ha presentado este lunes una moción de censura o destitución contra su propio líder parlamentario. El enfrentamiento entre ambos ha adquirido tintes personales, pero las derivadas políticas son imprevisibles y amenazan con sumir en el caos a la Cámara de Representantes.

Gaetz no es un personaje muy querido dentro de su grupo. “Es un charlatán”, dijo hace unos días Mike Lawler, uno de sus compañeros. Una de las cesiones que hizo McCarthy para ser elegido en enero fue permitir que un solo congresista pudiese presentar una moción de destitución. Está por ver cuántos de sus compañeros radicales secundan a Gaetz. En una Cámara en la que los republicanos tienen 221 escaños y los demócratas, 212, basta con que haya media docena de díscolos republicanos para que la continuidad de McCarthy quede en manos de los demócratas.

Algunos congresistas demócratas, como Alexandria Ocasio-Cortez, han dicho que no es tarea de los suyos salvar a los republicanos. McCarthy acaba de ordenar abrir una investigación formal contra Joe Biden como paso previo a un posible proceso político (impeachment), así que no es trago fácil para ellos salvarle la cabeza. Al tiempo, el presidente de la Cámara es el que pactó con Biden suspender el techo de deuda y el que ha planteado ahora una medida temporal que ha evitado el cierre del Gobierno. Es, además, casi la única esperanza de que se pueda llegar a un acuerdo para aprobar las leyes presupuestarias en el mes y medio de plazo ganado con la prórroga.

El líder parlamentario demócrata, Hakeem Jeffries, no ha dado aún pistas de lo que haría en caso de que la continuidad de McCarthy quede en sus manos. “No hemos discutido ninguna hipotética moción de destitución. Cruzaremos ese puente cuando lleguemos a él”, dijo el sábado.

Un escenario que se contempla es que un grupo significativo de demócratas se abstenga o, lo que es equivalente, que simplemente diga “presente” en el momento de votar la destitución. También cabe la posibilidad de que voten en contra de que la moción se someta a consideración del pleno, una forma de rechazar la destitución mediante un trámite de procedimiento. Algo así es más asumible por ellos que un voto a favor de McCarthy, pero aun así es probable que quieran arrancar a McCarthy algunas concesiones a cambio. El problema es que para el speaker pactar con los demócratas de nuevo significa debilitar aún más la posición entre los suyos.

El líder parlamentario republicano era consciente de que se jugaba el cargo con su propuesta de último momento. Antes, había intentado satisfacer a los radicales de su partido con una ley que incluía severos recortes, pero que también fue rechazada por ellos. Acabó ofreciendo una norma que dejaba fuera nueva ayuda a Ucrania, pero que en la inmensa mayoría de las partidas es una prórroga temporal del gasto sin recorte alguno. “Si tengo que arriesgarme a perder mi trabajo para dar la cara por el pueblo estadounidense, lo haré”, admitió el sábado al presentar su propuesta. ““Si alguien quiere destituirme por ser el adulto de la sala, que lo intente”, dijo McCarthy”, insistió después.

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Rescate demócrata

Ese alguien es Matt Gaetz, congresista por Florida. “Creo que tenemos que seguir adelante con un nuevo liderazgo que pueda ser digno de confianza”, dijo el domingo en la entrevista en la CNN en la que anunció su voluntad de presentar la moción de destitución esta semana. “La única manera de que Kevin McCarthy sea presidente de la Cámara al final de esta próxima semana es que los demócratas le rescaten”, dijo Gaetz, dando por hecho el apoyo de los suyos. McCarthy contestó desafiante: “Que así sea. Adelante. Acabemos con esto y empecemos a gobernar”, dijo, asegurando que entre él y Gaetz lo que hay es ya “personal”

Este lunes, Gaetz ha intervenido en el pleno, ha acusado a McCarthy de tener un pacto secreto con Biden para aprobar ayuda adicional a Ucrania al margen del acuerdo para evitar el cierre del Gobierno y ha vuelto a amenazar con que presentará la moción de censura, pero sin hacerlo hasta la tarde. “Cada vez está más claro para quién trabaja ya el presidente de la Cámara y no es para el grupo republicano”, dijo. Luego, en las escaleras del Capitolio, encantado de atraer todas las cámaras y micrófonos, ha asegurado que presentará la moción las veces que sean necesarias, igual que McCarthy necesitó 15 votaciones hasta ser elegido.

Si McCarthy resulta destituido, no será fácil encontrar un sustituto que aúne el voto de los moderados y los radicales del partido. La falta de liderazgo conduciría a un bloqueo que no ayudaría a los demócratas, que necesitan aún que se aprueben las leyes de presupuestos definitivas para el nuevo año fiscal, que empezó el 1 de octubre. Los republicanos más extremistas —los que “solo quieren quemarlo todo”, dijo el propio McCarthy— no están incómodos en esa situación de vacío de poder, al igual que no les importaba el cierre del Gobierno ni el techo de deuda.

La moción es, literalmente, para dejar vacante el puesto de presidente de la Cámara. La primera vez que se usó fue en 1910, cuando la presentó el entonces speaker republicano, Joseph Cannon, contra sí mismo. En ese caso, por tanto, funcionó como una moción de confianza para acallar las críticas de sus compañeros. Ahora, que la presenta un detractor, es como una moción de censura o destitución. Ninguna moción de este tipo ha salido adelante, pero una presentada en 2015 contra John Boehner acabó provocando su dimisión

Si saliese adelante, el puesto sería ocupado de forma provisional por el primero de una lista entregada por el propio McCarthy al secretario de la Cámara y que se haría pública en ese momento. El presidente provisional tendría como primera tarea lograr que se nombrase un nuevo speaker. No hay ningún candidato republicano que concite tanto apoyo como McCarthy, que en enero necesitó 15 rondas de votaciones para ser elegido. Así que el riesgo de bloqueo sería muy grande.

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By José Francisco Gutiérrez

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