Una pregunta sobre qué es actuar

A Julián Cnochaert, autor y director de Pampa Escarlata, conocí en el taller de dramaturgia que condujeron Mariano Tenconi Blanco y Nacho Bartolone. Julián se sintió al lado mío en clase y me preguntó si quería leer en voz alta el personaje de Mildred, en su presentación de obra en proceso. From ese día, fled the encargado de leer todas las entregas, hasta terminar montando la obra que hoy seguimos haciendo.

Esta dinámica de clase, a partir de lecturas altas ya primera vista, produce un fenómeno fantástico. El universo de quien escribe en soledad, se encuentra con una voz física, que tiene su propia perspectiva e intuición sobria lo escrito, y en ese encuentro (o shock) se producen resonancias exponenciales. Acá es la voz en primer lugar la que descubre el texto, (or lo que la voz sonora descubre al sonar la voz escrita) para que luego, en el montaje, el cuerpo y sus relaciones con el espacio finin de armar la escena. En ese cruce entre voz y autor, ambas partes coparticipan los descubrimientos. La voz pone luz sobre zonas qu’a veces están vedadas a la escritura, y la escritura va desplegando su propia cifra y sus claves para Afinar la canción.

Por la misma época, tuve el privilegio de participación del Laboratorio de Creación III del Teatro Nacional Cervantes, dirigido por Ciro Zorzoli y Verónica Grande. Las premisas de trabajo orbitaron en torno a estas cuestiones: vínculo entre musicalidad y habla en el teatro; que implica sonar una escritura partiturizada (teatro en verso o poemas con métrica), la métrica implica que guarda cada idioma en su melodía, prosodia. Ritmo y sintaxis. Sonido e imaginación. Lengua y lenguaje. Seguimos hasta el día de hoy buceando sobre estos asuntos, y ahí reside la magia. El sonido es un aspecto de la actuación donde conviene seguir sumergida, y no pensar en llegar a ninguna parte.

Con el agua hasta arriba, postulo: hay algo de la primera intuición sobre cómo suena una voz, que contiene la posibilidad de lo que vendrá, y su proyección en el espacio. La impostura de una respiración diferente, una velocidad asociativa, una sintaxis singular, se traduce en una colocación específica. Intuición que se fonda en lo que imagino y comprehend y por tanto actúo, y se pone en diálogo con lo que la obra pide se actúe. Pero ¿qué determina la elección de esa colocación? ¿Qué partes de quien actúa «suenan»?

Releo lo que escribo y digo: actuar. Qué sobretentendreidos hay en ese término.

Par mi, hacer Pampa escarlata, es una pregunta sobre qué es actuar. Es una oportunidad como actriz para vivir con gran intensidad en esa pregunta. Actuador, sonda. Donde se apoya la actuación. Qué puede la actuación, que necesita, que resiste. Qué cosas se ponen en relación con qué en la actuación y qué producto esas relaciones. Qué se pone de manifiesto y cómo. Pensamiento simultáneo sobre la tela que hila la tela. Y por qué Pampa permite esas preguntas de manera intensa: bueno, tendrás que venir a verla.

Las obras que nos encontramos en el camino, o nos encuentran a nosotras, son las que Producen el campo de posibilidades para estas preguntas y confabulaciones. Leí que dijo Godard sobre su narrativa «es una aventura con la filosofía de esa aventura al mismo tiempo». Me gusta pensar que el teatro es esa clase de aventura.

La actuación es una actividad ingrata porque sólo se aprende y se expande haciendo. Incluir hay que pagar para ejercerla.

Mira mucho. Sobrexigirse, autoexplotarse, para no derrochar espacios y peligros, o para tener una vida económicamente digna. Pero también el mejor oficio de la tierra, sobre todo en este país, con espacios de formación de altísimo nivel, espacios que garantizaron el estado y espacios privados, para dignidad y transformación de los que hacen y por tanto, de los que miran. Y como si fuera poco, un día, incluso, se te puede sentar en el banco de al lado alguien que te cambia la aventura para siempre.

*Actriz de Pampa Escarla.

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