Alarmante es la situación en el campamento que todavía se está filtrando a una economía que está alrededor de los dígitos mismos de la inflación; ahora se suman la sequía y la escasez de divisas. Un ejemplo claro en los indicadores de febrero fue la suba en los cortes vacunos. El sector reivindicó esta semana ayuda y política para solucionar los problemas de la escasez de lluvias y la falta de exportaciones.
La empresa del sector agroexportador liquidó en febrero cerca de US$ 650 millones, lo que significó una reducción de 74% en la comparación interanual y de 30,5% para debajo del mes anterior. Así información de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan el 48% de las exportaciones argentinas. El ingreso de divisas de febrero “es el reflejo de un mercado afectado por la extrema sequía, qu’ha reducido las producciones de la cosecha fina y de maíz de primera”, explicaron las cámaras empresarias.
El presidente de Ciara-CEC, Gustavo Idígoras, estimó que perdería exportaciones por más de 10 millones de dólares por la falta de lluvias.
“La sequía nos está pegando un golpe muy duro. Es lo peor de los últimos tres años. Se llevaron puestos primero los cultivos de verano. Ahora perdió el maíz de primera y la perspectiva de la soja fuerte caída y el maíz aumentará a que el sector pierda exportaciones por US$ 10 mil millones”, considera el empresario.
El Gobierno minimiza el asociacionismo ruralista y se enamora de los productores
PERFIL consultó con economicas qué consecuencias trae la sequía y cómo perjudica la producción agropecuaria. Lorenzo Sigaut Gravina, de Equilibra, dijo: “El retroceso por la sequía y la retención de este año es muy significativo en términos económicos, en un año electoral. El trigo cayó un 45% de la producción, la cebada, soy y maíz cayeron un 20%, que adelantó la liquidación de exportaciones que no se concretaron, esto tuvo que haber entrado enero y febrero.El impacto monetario de la actividad es de un 2% del PIB.
Con respecto a la situación fiscal, agregó: “Cuando tenés menos exportaciones y menos liquidaciones, esto impacta en las retenciones. La sequía es tan grave que hay que cambiar, no se puede pagar los mismos impuestos. El Gobierno debe ser flexible, en un año atípico, debe renovar. Lo más complicado en el campo tiene que ver con la espalda financiera que tiene cada productor, el riesgo lo puede diversificar plus el productor grande”.
A su vez, Fabián Amico, economista de la UMET, indicó: “Hay un problema económico mezclado con un problema político. El problema económico es la sequía, que se suma en algunos casos a inconvenientes con la rentabilidad, están combinando sus reclamos al resto de la economía con un Gobierno que no va a cambiar su política cambiaria en este último año. Por eso es un reclamo más testimonial o simbólico, no se trasladarán los reclamos urgentes de los productores más perjudicados. Se pueden implementar medidas como subsidios, varias cuestiones impositivas, podrían aplicar una agenda de urgencia, pero no creo que esto suceda si continúa con un reclamo político por encima de lo urgente”.
Los productores se reunirán en asamblea, esta semana, y confirmarán una movida para el 13 de marzo, y solicitarán que respondan de manera efectiva a la suspensión de los embargos, juicios, retrasos de Ganancias y proceso de paso a los banquillos. El Gobierno rechazó la protesta y se mostró decepcionado con el sector agropecuario. “No se puede decir que el Estado no está presente”, dijo el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo.
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