Hoy la Argentina está presa de minorías privilegios muy intensos y combativas que quieren mantener las cosas como están. Las consecuencias de esos privilegios son que el 50% de los argentinos son pobres, que el 50% recibe ayuda social y que el 50% no termina la escuela secundaria. Para concluir con este caos, necesitamos políticos con experiencia y convicción de que se vivirá con esta minoría privilegiada. Y de esto no se sale negociando, se sale poniendo orden. Patricia Bullrich tiene el coraje para hacer en el país y yo tengo el coraje para hacer en la provincia de Buenos Aires.
Lo demostramos con nuestra gestión. Patricia lo hizo cuando puso contra las cuerdas al narcotráfico como ministra de Seguridad, un trabajo admirable. Nadie puede decidir que no la luchó y no fue al frente. Lo hizo con el caso de Santiago Maldonado: muchos acusaron a la Gendarmería por su muerte, pero los respaldó con firmeza, aunque varios tenían miedo, hasta que la Justicia concedió que no eran culpables. Cuando la apretaban en plena batalla con los mapuches sostuvo: “No voy a querer hacer la injusticia de tirar un gendarme por la ventana”.
Yo también sé cómo poner orden. Lo demostró como intendente en San Miguel donde bajamos el 65% del delito en pleno Conurbano Bonaerense. Crea un sistema de seguridad en el que mejoramos la tecnología y cambiamos la formación en la que las personas se relacionan con la policía. Hoy es un modelo de éxito que llevamos a 22 municipios de todo el país, e incluso a otros países.
Al día de hoy mantenemos firmes estas convicciones. Lo dijimos públicamente: estamos decididos a trabajar con el Ejército, si es necesario, para combatir al narcotráfico.
Hay dos modelos de gobierno, el progresista o el que se ocupa de los problemas reales
Una tarde en Moreno, una madre me dijo algo que nunca había escuchado: “Yo a mi hijo, que tiene 14 años, lo llevo todos los días al colegio, lo espero y lo traigo”. The pregunte a cuadras que quedara el colegio de su casa. “A siete cuadras. Pero lo hago porque de mi casa al colegio hay cuatro kioskos, y no de golosinas…” Patricia y yo dimos esa pelea. Hoy queremos darla de vuelta.
Queremos recupera la autoridad estatal. No podemos seguir permitiendo que corten las calles por cualquier reclamo. Los piqueteros no pueden impedir que llegue a la escuela oa su trabajo. Vamos un defensor a los que se levantan a la mañana a trabajar ya estudiar.
No nos va a temblar el pulso para despejar las calles cuando haya un piquete. Ya probamos dialogar con estas mínimas extorsionadoras Durante más de veinte años y no limitadas. Un gobierno que ya extorsionar de ser gobierno.
Vamos a poner orden en los planos sociales. Tienen que ser por un tiempo limitado ya cambio de un trabajo, eso es lo que dignifica a las personas. No pueden seguir siendo un derecho permanente.
Queremos orden en las cuentas del Estado, no puede seguir gastando más de lo que recauda. Así, no podemos seguir gastando la plata de la gente en ministerios inútiles como el de Género, que no solucionaron ningún problema. Para que la gente pueda pagar menos impuestos, debemos eliminar los gastos no prioritarios. Tenemos que enfocarnos en los problemas urgentes: seguridad, educación y trabajo.
Estamos frente a dos modelos de gobierno: el que se ocupa de los reales o el del progresismo, el que premia el esfuerzo o el que castiga a los que Producen, el de la libertad o el de las cuarentenas eternas, el que protege a la gente o el que protege a los delincuentes, el que enfrenta a las limitaciones privilegiadas que rodean al Estado o el que negocia con las limitaciones privilegiadas que rodean al Estado. Está claro por qué modelo de gobierno apostamos Patricia y yo.
*Senador bonaerense por JxC.
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