El Último Primer día y la responsabilidad compartida entre escuela y familia

El Último Primer día y la responsabilidad compartida entre escuela y familia

La transición de la escuela secundaria a la universidad es un momento emotivo y significativo en la vida de cada estudiante. Es el comienzo de una nueva fase, una oportunidad para conocer nuevas personas, explorar nuevos intereses y, en última instancia, prpararse para una carrera y una vida adulta. Y para muchos estudiantes, una de las ultimas oportunidades de celebran la culminación de la educación media y el Ultimo Primer Día (UPD).

El UPD es un ritual que viene haciendo desde hace algunos años, en el que los alumnos del último año se juntan desde la noche anterior para celebrar e ir a clase al día siguiente; en la mayoría de los casos, borrachos y sin dormir. Desde el consumo de alcohol y sustancias hasta el comportamiento imprudente, el UPD puede resultar en situaciones potencialmente peligrosas para estudiantes.

Ser padre o madre de adolescente… ¡Qué tema! Ya lo sabemos, el adolescente busca encontrar su propia identidad y la aceptación en su grupo social. Esta presión «por pertenecer» hace que muchas veces tome decisiones que ponen en riesgo su propia salud. Se siente fuerte, empoderado, no mide riesgos y avanza. Y en ese avanzar, no se contemplan las consecuencias.

Es por eso que la responsabilidad compartida entre la escuela y la la familia es crucial para garantizar que la celebración sea segura y significativa. La escuela tiene la responsabilidad de proporcionar un entorno seguro para los estudiantes y educarlos sobre los riesgos asociados con el consumo de alcohol y drogas. Por otro lado, los padres deben trabajar junto con la escuela para garantizar que los estudiantes comprendan los riesgos y las consecuencias de las decisiones imprudentes.

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El Ultimo Primer Dia, responsabilidad compartida

En muchos casos, las escuelas han tomado medidas para garantizar la seguridad de los estudiantes en la UPD. Algunas escuelas han implementado programas de educación sobre seguridad y responsabilidad, han contratado seguridad adicional, o han encomendado la presencia de adultos restringiendo el acceso de los estudiantes a las bebidas alcohólicas.

Sin embargo, estas medidas no son suficientes. Es importante que la escuela tambien trabajo con los padres para educar a los estudiantes sobre los riesgos y las consecuencias de las decisiones imprudentes.

Cuando un menor toma alcohol está poniendo en riesgo su salud. El cerebro del adolescente está en franco desarrollo. El exceso de alcohol daña las funciones de los ejecutivos, las personas encargadas de planificar, priorizar o autorregular, entre otras importantísimas funciones. Además, perjudica áreas del cerebro encargadas del aprendizaje y la memoria.

En pleno desarrollo cerebral, es muy difícil para un adolescente discernir entre lo que está bien y lo que está mal y necesidad adulta.
Detrás de cada joven hay una fuerza vital que quiere manifestar se ya esa fuerza hay que acompañarla, como adultos, para que logre su versión plus.

Educar no es imponer, obligar o someter. Educar y acompañar, sostener y generar espacios para el crecimiento. Pero hay que estar. Y claramente, aunque sea difícil, hay que poner límites. Hay que enseñarles lo que es bueno y lo que es malo. Los chicos siendo chicos.

El problema no es que el adolescente haga cosas de adolescente. El problema es que no tenga un adulto responsable cerca que pueda poner un freno a una situación que claramente los perjudique. Lo que el adolescente necesita no es el tan famoso: «¿Y qué querés que haga? No quiero ser el padre que dice que no. no hace más que dejar huérfano a su hijo.

Responsabilidad compartida

Y además, ¿cuál es la idea de ir a la escuela? Si vas a aprender, ¿vas a aprender sin dormir y estás en condiciones de participar? Y si en ese estado, termina desmayado, con un golpe, o lastima a alguien, ¿quién es responsable? ¿La familia por mandarlo así el o el colegio por recibirlo en esas condiciones?

Festejo del último primer día de clases
Ultimo Primer Dia en la escuela secundaria. Festejar no es descontrol.

El padre que dice «yo más que padre soy un amigo» no hace más que dejar huérfano a su hijo.

Es importante señalar que la responsabilidad compartida entre la escuela y la familia se limita a la seguridad física de los estudiantes. El UPD también puede ser una oportunidad para la escuela y los padres de fomentar valores como la responsabilidad, la toma de decisiones, el cuidado personal y el respeto.

¿Puedes aprender a dormir y mantenerte comprometido?

Debemos hablar con los chicos acerca de aquellas cosas que son perjudiciales para ellos, como el consumo excesivo de alcohol. Pero para esto, desarrollar un vínculo de confianza, es de vital importancia.

Debemos trabajar la conexion con los chicos. Sino, pierde influencia y ya respeto. Ahí surge el «no me hace caso», «nunca hace lo que le pido» y la constante pelea. Para que los jóvenes respondan deben sentir una gran conexión con el adulto.

El UPD es un gran ritual. Es la transición entre la niñez y la adultez y, como todo pasaje, está genial celebrarlo. El tema sería, tal vez, preguntarles qué es ser feliz y qué significa divertirse, encontrando juntoscolegio, chicos y familias – una manera de celebrar que se significativo y memorable, pero no dañina para ellos.

Existen muchas formas saludables y divertidas de celebra el UPD sin necesidad de recurrir a los excesos. La clave es planificar actividades que fomenten el trabajo en equipo, el deporte, la exploración y el aprendizaje.

Al celebrar el UPD de manera saludable y segura, los estudiantes pueden crear recuerdos significativos allí para celebrar una grata experiencia que no ponga en riesgo su bienestar.

*Especialista en Educación, autora y capacitadora educativa

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By José Francisco Gutiérrez

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