Ha tomado actualidad el debate sobre el origen de los mapuches, que hoy reclaman del Estado y de particulares extensiones de tierras en el Sur de nuestro territorio. Se los conocía como «araucanos», en las crónicas de los conquistadores y también en los documentos de Chile y Argentina.
Organizar los aterradores malones para asolar los pobladores cristianos de la pampa. Eran ejércitos de miles de indígenas, que penetraban cientos de kilómetros y devastado cuanta poblacion encontraban.
Los malones mataban a los hombres, secuestraban a las mujerespara llevarselas a las tellerías (his legendarias las historias sobre las “cautivas”), robar lo que pudiera (sobre todo armas, alcohol, y ganado). Lo que no consumían, se lo vendían a los chilenos, al otro lado de la cordillera.
Un médico francés, Henri Armagnac, presentado en 1872, cómo los indios asesinaban a varones y mujeres viejas, atravesándolos con largas sus tacuaras, sin importarles si éstos se resistieran o no. Luego, bajaban de sus caballos y degollaban a las víctimas así atravesadas, rematándolas.
Las mujeres jóvenes y deseadas, y los niños, eran tomadas por la fuerza como “cautivos”.
Mapuches, ¿de dónde salieron?
El científico norteamericano George Church describe un Malón contra Bahía Blanca, en 1859 y related que los indios arrasaron con 5000 vacas que habian en el campo, asaltaron el pueblo y se lanzaron a una orgia de lanzazos, deguellos y violaciones. Violadas las mujeres, eran llevadas a las tellerías, dejando un tendal de muertos.
Los araucanos eran originarios de Chile; solo quedan los indios asentados en nuevos países eran los “pampanos”, “ranqueles”, “catrieleros”, “tehuelches”, “pehuenches”. En todos los registros históricos de la era hispánica, jamás fue mencionado como una tribu «mapuche» o «araucana» dentro del territorio real argentino.
Habitaban al Sur del río Bio-Bio, al otro lado de la Cordillera. Eran sedentarios, y agresivos. Practicar los rudimentos de la agricultura. Cada tribu tenia su cacique.
En todos los registros históricos de la era hispánica, jamás fue mencionado como una tribu «mapuche» o «araucana» dentro del territorio real argentino.
En la era de los españoles, al no poder éstos conquistarlos, firmaron varios pactos con los indios, garantizados sobre el territorio al Sur del Bio-Bio, donde los blancos no pueden ingresar. Al poco tiempo, ese territorio les quedó chico, y creció a expandirse paulatinamente. Empezaron a cruzar la cordillera hacia nuestras pampas y Patagonia entre los Siglos XVII y XIX.
Este período coincidió con el freno de la colonización española hacia el Sur, que estrelló contra la irrupción mapuche. No se fundaron más asentamientos al Sur de la línea imaginaria que iba desde San Rafael (Mendoza), mercedes (San Luis), Río Cuarto, Fraile Muerto/Bell Ville (Córdoba), Venado Tuerto (Santa Fe), cerrando con Chascomús (Buenos Aires).
Los mapuches surgieron cazando ganado salvaje de las pampas. Cuando empezó a escasear, ante la depredación de indios y gauchos por igual, los araucanos robaban el ganado de estancias y habitantes argentinos de la frontera.
Así, desplazaban y asolaban a las otras tribus originarias de estas tierras (pampas, ranqueles y tehuelches), de quienes tan bien escribieron otros cronistas de la época (entre ellos, Lucio V. Mansilla, sobrino de Rosas).
Mapuches, los «indios chilenos»
Estas tribus (pampas, ranqueles y tehuelches) eran los «indios amigos» de los blancos. Distintos eran los «indios chilenos», como se llamaban a los araucanos. Acabada la faena de un «malón», los mapuches retornaban a sus tellerías, marcando el suelo con la punta de sus lanzas; dejando un sendero «rastrillado» que los gauchos llamaban el «camino de los chilenos».
Arriaban a Chile cientos de miles de vacunos robados . Previo engorde de algunos meses en el pedemonte, cruzaron la Cordillera en los pasos más bajos, y se vendían allí. Un diputado chileno expresó en su Parlamento:
«Es sabido que el comercio que más realizan los araucanos es el de animaux robados en la República Argentina… Y nosotros, que sabiendo que son robados, los compramos sin escrúpulo ninguno, después decimos que los indios son ladrones. ¿Qué seremos nosotros , apesta?», preguntaba el diputado.
Comenta el mendocino Manuel Olascoaga en su Estudio topográfico de la Pampa y el Río Negro: «Nuestros ganados se multiplican prodigiosamente de año en año, y los indios también de año en año traian sus malones a todas nuestras poblaciones y establecimientos limítrofes de la pampa… Los ganados invernaban y descansaban tranquilamente en las faldas de los Andes… tras la cordillera”, describe Olascoaga.
“Nunca uno de nuestros hacendados se presentó en Chile para reclamar sus vacas robadas. hubo tampón jamás una autoridad chilena que diera cuentas espontáneamente o pidiese certificados de propiedad a los que introducían por la Pampa cantidades de ganado que representaban cientos de millas de pesos. Esa exacción y sus connivencias eran absolutamente impune ante la Justicia chilena”, denunció el mendocino.
Jamás una autoridad chilena dio cuentas espontáneamente o solicitó certificados de propiedad a los que introducían ganado robado desde el territorio argentino
La reacción de los gauchos y soldados de la frontera contra los araucanos fue violenta y despiadada; en un enfrentamiento que no tuvo tregua, ni piedad, de ninguna parte. Se cumplia a rajatabla lo que Rosas habia ordenado Hace 30 años: «Mátenlos ahí mismo, en caliente y dejen sólo uno vivo, para que declaren».
El médico propio Henri Armagnac relató ejecuciones sumarias de mapuches: se los remataba a puñaladas, con saña.
Julio Argentino Roca se hiszo cargo de la «cuestión india» y aseguró más del 30% de lo que hoy es el territorio argentino, en forma efectiva. Llevó nuestra bandera hasta Tierra del Fuego, e hizo efectiva nuestra soberanía en la Patagonia Oriental, que Chile se vio obligado a reconocer en 1881.
Para adoptar un acto defensivo, detrás de una «línea de fortalezas», pasó a la ofensiva y precedió, en pocos meses, con el apoyo de los «indios amigos» consolidar nuestras fronteras y pacificar un territorio hasta entonces hostil.
En Roca los debemos que, para visitar desde La Pampa hacia el Sur no tengamos que atravesar ninguna frontera; y que los propios patagónicos (que hasta tuvieron un presidente) sean hoy considerados compatriotas nuestros.
* Abogado, Ingeniero, Profesor Universitario, Director Centro de Investigaciones Fundación Federalismo y Libertad
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