Carta abierta a los presidentes de América Latina y el Caribe
Jefes Superiores de Estado:
Ninguno de ustedes estaría hoy sentado aquí si no fuera por la lucha del pueblo y gobierno haitiano que no hace mucho tiempo entregó todo de sí para lograr nuestra independencia y libertad.
Seguramente ustedes, señores presidentes, ya conocen la historia cuando el jefe de estado haitiano Alexander Petión, entregó armas, municiones, barcos y soldados patrióticos en dos oportunidades para que Bolívar, Morazán, San Martín y Artigas pudieran consagrar la independencia americana. El líder haitiano únicamente solicitó un cambio que decrete la abolición de la esclavitud en el continente.
Bolívar asumió el compromiso y participó en el continente con soldados seleccionados para el Petión propio. Ya triunfante, y antes del encuentro con San Martín dijo:
«Perdida Venezuela y la Nueva Granada, la isla de Haití me recibió con hospitalidad: el magnánimo presidente Alexander Petión me prestó su protección y bajo sus auspicios de una expedición de 300 hombres comparable en valor, patriotismo y virtud a los compañeros de Leonidas.. . »
Haití sufre una grave crisis de hambruna
No solo Petión nos dio elementos materiales para la lucha independentista, sino valores éticos y morales. Así triunfamos. Y constituyen nuestras pequeñas repúblicas. No logramos la unidad soñada, pero sí una relativa independencia.
Las grandes potencias reclaman olvidar que por ese motivo y no otro, la pequeña y rebelde isla, precursor de los derechos del hombre fue bloqueada, invadida y saqueada.
Primero España, luego Francia, siguió Inglaterra y hasta ahora los Estados Unidos de Norteamérica. Haití fue considerado un mal ejemplo para las colonias y semi colonias. Los imperios temían y temen que la bandera de la libertad, la independencia y la soberanía nacional se expandirá y pusiera de manifiesto su inmensa hipocresía.
Los siglos XVIII y XIX fueron para Haití los del genocidio, el XX fue un verdadero festival de invasiones norteamericanas y saqueos escandalosos. el periodico New York Times hace pocos días recapituló las vergonzosas militares y saqueos bancarios en perjuicio del pueblo aitiano y el siglo XXI será el del del exterminio final… si no toman, señores presidentes, la responsabilidad que tienen los corresponsales como representantes de nuestros pueblos.
El presidente norteamericano, Thomas Jefferson, dijo convencido de que «Haití es un mal ejemplo”. Los dueños de esclavos no toleraban la existencia de un país independiente gobernado por hombres negros. El joven imperio racista norteamericano observaba con preocupación la emancipación de los esclavos haitianos, ahora en el poder. Luego del retroceso de España y Francia, Estados Unidos llegó a «poner orden» e intervino militarmente en el país desde 1915.
Haití está rodeado de un estallido social
Señores presidentes: Haití debe estar en la agenda de la cumbre de la CELAC como punto central. Haití debe ser considerada como una provincia más de la gran Nación Latinoamericana.
Sin reparación histórica. Si una devolución constante inmediata y sonante del saqueo al que fue sometido.
Nuestros países latinoamericanos y caribeños son cómplices por omisión y absolutamente responsables del manto de silencio que pesa sobre Haití. Estamos a tiempo de ver el renacer de nuestra dignidad.
La unidad que pregonamos de la Patria Grande, de los Estados Unidos del Sur, de la Confederación de Repúblicas, de la moneda única, de la ciudadanía común… Empieza por Haití.
Autora y directora de la revista digital PatriaGrande.com y coordinadora del grupo Amigos de Haití en Argentina
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